Nirvana For Christmas nº1: Más vale leyenda musical muerta en nuestro iPod, que aspirante a estrella en radio Factor

El ser humano puede ser muchas cosas y sin duda una de ellas es que es muy cabrón. Los sabemos, el mundo de la política está plagado de éstos, pero si echamos un ojo al mundillo del espectáculo nos damos cuenta de que éstos tampoco se quedan cortos. 

Hace unos pocos días nos enteramos de que justo la semana pasada se lanzó una campaña a través de Facebook para que Smell Like Teen Spirit de Nirvana le haga la competencia a los temas de las nuevas sensaciones musicales salidas de la factoría X-Factor para que consiga hacerse con el primer puesto de la lista navideña británica. La idea es que los de Seattle repitan el éxito de Rage Against The Machine en 2009 y se pide a los fans de la banda, bueno o cualquier melómano con un poco de integridad y oído, a que se hagan con una copia del single en la semana del 18 al 24 de Diciembre para desbancar así a la competencia. 

Hoy por hoy la página cuenta con cerca de 62.000 admiradores (pincha aquí para hacerte fan), pero aunque la meta sea hacerse con la medalla de oro dejando con el culo al aire a los cuatro aspirantes a ser el nuevo Bisbal británico, detrás de todo eso se esconde una verdadera hazaña musical. El objetivo es enseñar- con  cada sencillo comprado- el dedo corazón a los productores del programa televisivo por negarse a cambiar el nombre de uno de sus grupos, Rhythmix, cuyos derechos están ya adquiridos por una organización benéfica para gente joven que vive en circunstancias especiales, y por sugerir que éstos se “busquen un abogado” si no les gusta la idea de que les roben el nombre por la cara. 

Ésta es otra muestra de que es obvio que la gran mayoría de productores tienen poco, por no decir ningún criterio- solo hay que ver la maravillosa parrilla con la que nos deleitan cada día en la pequeña pantalla-, pero de torturar al espectador con programas de semejante intelectualidad barriobajera a coger prestado sin permiso, como en este caso, el nombre de una asociación que da soporte a menores de edad con problemas para que se expresen a través de la música (pincha aquí para ir a la web), encima dejando entrever porqué lugar es donde se meten todas sus quejas, es como arrear en toda la cara a la Madre Teresa de Calcuta con un calcetín sucio y lleno de piedras. Pero más irónico es aún que una de las que forma parte del jurado una semana si y otra también repita a las integrantes de dicho grupo que ellas representan a las adolescentes del Reino Unido, que  no es moco de pavo. Apuesto a que es ésto lo que realmente les hace especial ilusión escuchar a las adolescentes que formen parte de la asociación Rhythmix.

La carrera no ha hecho más que empezar, pero desde luego sería una bofetada muy grande no sólo que Kurt Cobain, más chulo que un ocho desde el otro mundo- mira que hay que ser jodidamente grande para hacer eso estando muerto-, dejase atrás a otros artistas con verdadero talento como Michael Bublé, que es como el Georgie Dann de la época invernal- lo digo porque últimamente parece que las Navidades no son Navidades de verdad sin un buen disco villanciquero de Bublé, no por ninguna otra cosa- sino que les diese una buena lección a los que se creen que por salir dos días en un concurso de televisión son más grandes que The Beatles, pero sobre todo a todos aquellos productores musicales o de televisión que se creen que tienen las de ganar con un aspirante a estrella musical con menos voz que E.T. emporrado pidiendo un teléfono para llamar a casa y que sueñan con suplantar a los verdaderos mitos de la música moderna.