miércoles, 9 de noviembre de 2011

“Piña”, fama y desilusión en el debut literario de Michael Cera


Cuando nos hablan de Michael Cera probablemente lo primero que nos venga a la cabeza es esa imagen de la película “Juno” (Fox Searchlight Pictures, 2007) en la que se le ve con los shorts alimonados a juego con la cinta de pelo o su magnifica interpretación como George Michael Bluth, personaje de la serie “Arrested Development” (Fox, 2003-2006), pero ha llegado la hora de que el actor se meta de lleno en el mundo de la literatura y lo hace, de la mano de Alpha Decay (Alpha Mini), con “Piña” (“Pinecone”), un ácido y desternillante relato en forma de monólogo interior sobre los desengaños y obsesiones de una estrella de cine americana en declive. 

La historieta, que a apareció en el número 30 de la publicación McSweeney’s, nos traslada al mundillo de Carroll Silver, un actorcillo que ha visto días mejores y ahora se encuentra en las puertas de la crisis de los cuarenta tanto personal como profesionalmente hablando. El único punto álgido de su día a día viene con los encuentros cara a cara con cuatro fans de su barrio que le demuestran su afecto gracias al papel que protagonizó en otra época en la cinta “Piña”, un gran guión llevado al desastre por un realizador sin talento, pero que él detesta hasta lo más profundo de su ser. 

Como si de una previsión autobiográfica se tratase y con una sordidez humorística sin precedentes, Cera nos sumerge en las pequeñas humillaciones rutinarias a las que se enfrentan día tras día las estrellas de la gran pantalla - o cualquier otro profesional- con el temor de llegar a convertirse en “una vieja gloria”; ese preciso instante en el que se ha pasado esa barrera en la que el mundo decide que ya has dejado de ser la leche.

A pesar de ser una historia bastante corriente- sin demasiados giros- y escueta, una de las “cápsulas literarias portátiles de lectura instantánea” como las bautizan en Alpha Decay, Cera consigue convencernos de que además de ser un tío molón cuando se pone delante de las cámaras, es capaz de descojonarnos de lo lindo con sus ideas sobre la decadencia profesional plasmadas en papel. A todo esto, si le añadimos las traviesas ilustraciones de Blanca Miró que le acompañan, “Piña” se convierte sin duda en una de las lecturas imprescindibles de ésta temporada.

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