jueves, 18 de marzo de 2010

Crítica: “Brothers”


El escritor alemán Friedrich Von Logau ya lo vaticinaba: “Combatirse a sí mismo es la guerra más difícil” y mucho tiene que ver este proverbio con la versión cinematográfica creada por el realizador Jim Sheridan de la película danesa “Brødre” (2004).

La adaptación de Sheridan titulada “Brothers” cuenta la historia de Sam, un marine condecorado (Tobey Maguire) que desaparece en combate y como su hermano Tommy (Jake Gyllenghaal), la oveja negra de la familia, se hace cargo de su mujer (Natalie Porman) y de sus hijas en su ausencia. Las consecuencias de esta decisión acabarán sacudiendo los cimientos de la familia.

A pesar de que Sheridan nos tiene acostumbrados a este tipo de historias, como ya ocurre en su película “Mi pie izquierdo” (1989), donde se obsesiona en retratar los vaivenes de familias de clase obrera y los mezcla con los fantasmas de la guerra, en este caso contando como telón de fondo con el conflicto en Afganistán, y proyectando relatos sobre la cicatrización de las relaciones humanas o en las propias palabras del productor de la cinta, Sigurjon Sighvatsson, que recalca que ésta es como las películas que exploraban “la guerra en casa” ya que ésta cuenta “una historia acerca de la familia. No trata de matar personas, sino del efecto de la guerra sobre los vivos”, el director irlandés parece que echa a perder algo del atractivo de la película original y nos presenta un melodrama anodino con un guión más que previsible y que vagamente llega a infiltrarse en la complejidad de las relaciones familiares que es lo que precisamente se prometía en el minuto uno.

Dejando a un lado la trama, la baza principal del film, además de la banda sonora que corre a cargo de U2 entre otros, es el elenco de intérpretes del mismo. Por un lado destacar como cabeza de reparto a Maguire que se sumerge por completo en el papel del joven marine, inicialmente el marido y padre cariñoso, el hijo predilecto y el soldado perfecto y que posteriormente acaba convirtiéndose en un hombre completamente atormentado, paranoico y emocionalmente inestable por culpa de las torturas bélicas. Jake Gyllenghaal está simplemente correcto, no emociona pero tampoco pasa desapercibido, como hermano de Sam. Natalie Portman una vez más regala una jugosa y excelente interpretación como Grace, la esposa de Sam, aunque su actuación se vea en parte afectada por la falta de química en pantalla entre Maguire y ella, pero sobre todo recalcar que probablemente la estrella de la cinta sea Sam Shepard como la figura paterna de los susodichos hermanos. En más de una ocasión el espectador ansía que éste aparezca en más secuencias para poner en su sitio y, en especial, sacar de sus casillas a Tommy (Gyllenhaal) con su mala leche de militar canalla. De forma similar, las hijas del matrimonio protagonista acaparan por completo toda la atención en las escenas familiares en las que aparecen.

“Brothers” parte de una historia que acarrea un mensaje moral, cuenta con un reparto de lujo y tiene alguna que otra secuencia memorable, pero Sheridan parece que forcejea consigo mismo por sacar adelante este relato que tendría que mostrarnos “otra dimensión”, como aseguraba el cineasta en sus declaraciones cedidas por Universal Pictures, más aplastante, más profunda de la “condición humana” pero la audiencia se encontrará con que la realidad emocional mostrada en el film poco a poco se va desmoronando hasta el punto de acabar como su protagonista en algunos momentos de la película: completamente fuera de lugar e íntimamente atrapado en terreno hostil.

* “Brothers” llegará a nuestras pantallas este Viernes.

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